
Las fibras solubles ayudan a controlar los niveles sanguíneos de glucosa y de colesterol; las insolubles dan consistencia a las heces, absorben sales biliares potencialmente dañinas y aceleran el tránsito fecal. Ambos tipos de fibra actúan como prebióticos y favorecen la proliferación y permanencia de la buena flora bacteriana intestinal en las vías digestivas.
Se recomienda ingerir entre 25 y 40 gramos diarios de fibra dietética, hacerlo podría a

Protege contra el cáncer de colon porque las fibras absorben y retienen agua, y al aumentar de volumen aceleran el tránsito intestinal combatiendo el estreñimiento y evitando el contacto prolongado de las paredes intestinales con sustancias potencialmente carcinógenas.
Se puede aumentar el consumo diario de fibra dietética consumiendo salvado de cereales (trigo, avena), cereales para el desayuno ricos en fibra y varias porciones de frutas y vegetales al día.

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